¿Que puedo ver con mi telescopio?

Una de las preguntas típicas y tópicas de los astronovatos es la de: ¿qué puede verse con tal o cual telescopio?.

Bien, pues lo que puede verse depende de varios factores: las características del telescopio, la calidad de su óptica, la abertura, las condiciones del observatorio, el estado del cielo, la experiencia del observador... Desde luego, lo que no van a verse son esas bonitas imágenes de planetas, galaxias y nebulosas que muestran las fotografías celestes de libros y revistas de astronomía. Los resultados de la observación óptica y los de la astrofotografía son bastante diferentes.

Sin embargo, vamos a tratar de dar respuesta a la cuestión qué puede verse con una tabla que permita hacerse una idea al interesado y con algunos ejemplos gráficos. Por supuesto, en esta sección se parte de que tanto la calidad óptica de los telescopios como el estado del cielo son los ideales.

 

POSIBILIDADES DE OBSERVACIÓN SEGÚN ABERTURA Y AUMENTOS

Refractores de 80 a 90 mm.
Reflectores de 100 a 114 mm.
Catadriópticos de 90 a 127 mm.
Aumentos de 16x a 150x

Refractores de 102 a 120 mm.
Reflectores de 150 mm.
Aumentos de 30x a 300x

Refractores de 150 a 180 mm.
Reflectores y catadriópticos de 200 mm.
Aumentos de 50x a 400x

Reflectores y catadriópticos de 254 mm. en adelante

Veremos ahora algunos ejemplos de las imágenes de planetas y de objetos de cielo profundo que podrían verse con distintos tipos de telescopios, según la experiencia de algunos astrónomos amateurs muy experimentados. A meros efectos de comparación, se adjunta una fotografía del objeto en cuestión obtenida por observatorios terrestres y espaciales.

Empecemos por los planetas Júpiter y Saturno. Las imagenes inferior fueron obtenidas por el Telescopio Espacial Hubble (HST), cuya abertura es de 2,40 m. y orbita a 480 km. sobre la Tierra:

Estas fotografías son estupendas y están llenas de detalles, pero ¿cómo se verían estos planetas con un telescopio de 60 mm. a f/16 (960 mm. de distancia focal) a 90 aumentos? Pues, más o menos, así:

Unas vistas bastante decepcionantes, ¿verdad? Aunque no tanto si se considera que un telescopio de 60 mm. tiene un nivel de captación de luz de 73, es decir, 1.600 veces menos que el Hubble, que además está libre de las perturbaciones de la atmósfera terrestre.

Pero como el Hubble es cosa de la NASA y la ESA, los astronomos aficionados tienen que contentarse con menos. Veamos cómo se vería Jupiter a través de un refractor de 102 mm. de abertura (captación de luz=212) a f/9,8 y 160 aumentos (autor, Christian Schlup):

Esto va mejorando, pues a mayor apertura, mejores imágenes. Veamos ahora Júpiter y Saturno a través de un telescopio Cassegrain de 200 mm. de abertura a f/10 a 252 aumentos:

Marte es un blanco mucho más difícil para el aficionado, que requiere grandes aperturas, excelentes condiciones atmosféricas y una buena oposición. Para el Hubble no hay mayor problema, claro:

 
Marte visto por
el HST

Ahora veremos lo que pueden mostrar los telescopios de los aficionados. Tomemos como ejemplo estas dos imágenes, fruto de las observaciones de Don Dixon, con un telescopio reflector de 152 mm., y de Jack Schmidling, con un catadrióptico de 400 mm.:

La observación e identificación de los principales rasgos de la superficie de Marte no es cosa sencilla para un observador con poca experiencia, sobre todo si compara lo qué ve con los mapas elaborados a partir de las imágenes remitidas por las distintas sondas espaciales enviadas a este planeta. Afortunadamente, existen programas informáticos que pueden ayudar al observador. Uno ya veterano pero todavía vigente es Mars Previewer II, del argentino Leandro Ríos, que permite saber qué puede verse en Marte en una fecha y hora determinadas.

 
Mars Previewer II

Veamos ahora qué puede esperarse de los telescopios de aficionado respecto de los objetos de cielo profundo. Por supuesto, las imágenes que proporcionan los telescopios de aficionado -incluso los mayores- no tienen nada que ver con las maravillosas fotografías a las que nos tiene acostumbrados la astrofotografía; el ojo humano no funciona como las películas fotográficas o los sensores electrónicos, capaces de acumular más y más fotones durante largos períodos de tiempo.

Los siguientes dibujos de la galaxia de Andrómeda (M-31), la nebulosa de Orión (M-42) y la galaxia Remolino (M-51) fueron hechos por el americano Chris Randall a partir de las observaciones que realizó con un catadrióptico de 254 mm. de abertura a f/6,3 con oculares Nagler de 20 mm., Plöss de 26 mm. y Nagler de 9 mm.:

Las fotografías de observatorios profesionales y de astrofotógrafos expertos ofrecen una imagen bastante más espectacular de estos objetos:

M-31 es una galaxia espiral cuyo centro es visible a simple vista desde cielos oscuros; en unos prismáticos de 7x50 llena casi todo el campo (unos 5º). Sus dimensiones aparentes son de 130'x30' y está a unos 2,2 millones de añoz luz. M-42 es una nebulosa de emisión, un criadero de estrellas que W. Herschel describió así: un enorme jirón de niebla que de pronto se ha incendiado. Está a unos 1.600 años luz y se extiende por unos 65' de arco. Finalmente, M-51 es también una galaxia espiral a no menos de 16 millones de añoz luz; sus dimensiones son de 11'x7' de arco. Se muestra interrelacionada con una galaxia menor, NGC 5195. Para ver M-51 con una apariencia similar a la de las fotografías, es preciso emplear un telescopio de al menos 300 mm. de abertura.

En estas otras ilustraciones (Nathalie Hontelé en la web holandesa Uriania Werkgroep Deep Sky) muestran también cómo se ven diversos objetos a través de distintos tipos de aparatos, si las condiciones del cielo son buenas:

De nuevo vemos la gran diferencia existente entre la observación visual y las imágenes que ofrece la astrofotografía en libros, webs y revistas: