HAITI - ¿UNA TRAGEDIA ANUNCIADA?

HAITI - ¿UNA TRAGEDIA ANUNCIADA?

El 12 de enero de 2010 ocurrió un terremoto de magnitud 7.0 en Haití, cuyo epicentro estuvo localizado a sólo 25 km de la capital (Port-au-Prince), y tuvo una profundidad de apenas 13 km. Estos tres factores se sumaron a la débil infraestructura y las condiciones de pobreza extrema allí imperantes para crear una de las peores catástrofes de origen natural en la historia de la humanidad. Pero este suceso, al igual que muchos otros, había sido pronosticado con anterioridad y se constituye por lo tanto en otra muestra de que los desastres no son naturales (sólo su origen), y de que los elevados saldos de víctimas deben ser atribuidos más bien a la irresponsabilidad humana y al irrespeto por la naturaleza. Reportes publicados en 2004, 2005, 2007 y 2008 indicaban que algo serio estaba por llegar. Y finalmente llegó, con un macabro saldo de víctimas que a la hora de elaborar este escrito se calcula que superará los 100.000. ¿Será que nunca aprenderemos?

Haití ocupa la parte occidental de la isla Hispaniola (La Española), la cual está ubicada entre las islas de Puerto Rico (al este), Jamaica (al oeste) y Cuba (al noroeste). Entre Cuba y Haití, la placa Caribe se desplaza unos 20 mm por año hacia el oriente en relación con la placa de Norteamérica (lo que geología se considera como una falla lateral izquierda). La interacción de estas dos placas ha creado varios sistemas de fallas activas (y que por lo tanto pueden causar terremotos), entre ellos el Septentrional, al norte de Haití; y el de Enriquillo-Plantain Garden (algo así como el cultivo de plátanos de Enriquillo), al sur de Haití. Éste último se considera el responsable del evento ocurrido el 12 de enero de este año; y probablemente fue el responsable de eventos catastróficos previos, en 1860, 1770, 1761, 1751, 1684, 1673, y 1618.

 

La primera señal de alarma fue emitida el 24 de diciembre de 2004 en un artículo publicado en el Journal of Geophysical Research por los geólogos Uri ten Brink (USGS) y Jian Lin (WHOI). Una de sus conclusiones fue la siguiente: "Por otra parte, la Falla Septentrional, la cual corre a lo largo del densamente poblado valle El Cibao, se espera que esté activa y que presente un peligro significativo para Hispaniola". El Cibao corresponde a la zona norte de República Dominicana (que ocupa la parte oriental de la isla Hispaniola), limítrofe con Haití. Y dos reportes, publicados a comienzos de 2005 (uno de ellos relacionado con el anterior artículo), mencionaban la posiblidad de terremotos de magnitud igual o mayor de 7.5; y mencionaban además la posibilidad de que se asociaran con tsunamis que podrían afectar las islas de Puerto Rico e Hispaniola. De hecho, Puerto Rico ha sido afectado por terremotos de magnitud igual o superior a 7.0 en 1670, 1787, 1831, 1844, 1846, 1865, 1867, 1875, 1890, 1906, 1918, 1943 y 1946. Los terremotos de 1867, 1918 y 1946 se asociaron con destructores tsunamis. El evento de 1946 tuvo una magnitud de 8.1 y afectó severamente a República Dominicana, pero allí tuvo un saldo de víctimas sorprendentemente bajo (100), debido a que era un día festivo, ocurrió poco después del mediodía, y la mayoría de los habitantes estaba fuera de sus hogares. Sin embargo, el tsunami asociado causó aproximadamente 1.800 víctimas.

 

En 2007, se publicó otro artículo en Geophysical Journal International relacionado con la microplaca de Gônave. Esta es una pequeña e hipotética placa ubicada entre la placa Caribe (de la cual se cree que se originó) y la placa de Norteamérica, que se considera que está delimitada al norte por la falla de Oriente (que en realidad es una extensión hacia el occidente de la placa Septentrional) y al sur por la falla Enriquillo-Plantain Garden. Sobre ella se asienta gran parte de Haití. La publicación afirmaba que la ausencia probable de terremotos significativos en Jamaica desde al menos el siglo XVII sugería una alta probabilidad de una ruptura significativa (o sea un evento sísmico) en ese lugar. Uno de sus apartes decía: "el registro sísmico histórico sugiere tiempos de repetición de uno a varios siglos para terremotos de magnitudes máximas de 7.0–7.3. La tensión que se ha acumulado desde el destructor terremoto de 1692, cerca de la ciudad capital de Kingston, es en la actualidad suficiente para liberar un terremoto de magnitud 7.2 al oriente de Jamaica". O sea en dirección hacia Haití.

En 2008, las advertencias se volvieron mucho más específicas. En la Decimoctava Conferencia Geológica del Caribe (18th Caribbean Geological Conference) que se desarrolló en Santo Domingo, República Dominicana, entre el 24 y el 28 de marzo de 2008, un grupo de geólogos encabezado por Paul Mann (University of Texas) hizo la siguiente predicción: "Los registros históricos indican que han ocurrido rupturas mayores a lo largo de la zona de falla de Enriquillo-Plantain Garden, en una progresión espacio-temporal este-oeste, que comenzó en 1751 en la zona centro-sur de Hispaniola, y que tal vez culminó con el evento de Kingston, Jamaica, en 1907." Se referían a una serie de sismos registrados en dicho período que parecen progresar en dirección oriente a occidente. Luego mencionaba que se debía haber acumulado suficiente tensión como para provocar un terremoto de magnitud 7.2 en la zona comprendida entre Port-au-Prince, Haití; y Kingston, Jamaica. Los autores concluían con la necesidad de hacer estudios adicionales, los cuales "debían ser considerados de alta prioridad, dadas las amenazas sísmicas que implica dicha falla".

Finalmente, el 25 de septiembre de 2008, el geólogo Patrick Charles volvió a advertir acerca del peligro inminente. En un informe publicado en Le Matin, diario local de Haití, decía: “Port-au-Prince está construida sobre una gran falta que va desde Pétion-Ville, cruza toda la península del Sur, hasta llegar a Tiburón. En 1751 y en 1771, esta ciudad fue completamente destruida por un sismo. Apuesto mis ojos que eso se repetirá. La ciencia puede fácilmente confirmarlo”. Y más adelante, la misma publicación hacía una predicción sombría: "Port-au-Prince corre el riesgo de transformarse, de la noche a la mañana, en un montón de ruinas al término de una violenta sacudida telúrica". “Durante dos siglos, ningún sismo principal se registró en la capital haitiana. La cantidad de energía acumulada entre las fallas nos hace correr el riesgo de un sismo de magnitud 7.2 en la escala de Richter. Es mejor no hablar, no es necesario asustar. Pero sería una catástrofe”. ¡Más claro, imposible!